Si queréis y os veis aventureros podríamos sustituir una de las noches por dormir en un refugio de montaña.
Un refugio de montaña consiste en una humildisima cabaña en mitad de las montañas de una gigante habitación que comparten los montañeros, con una hoguera donde nos asaríamos unos choricillos y algunas viandas cántabras para cenar, y un camastro corrido de madera que aunque muy muy amplio no tiene amortiguacion ninguna. en el caso de que haya consenso para realizar esta opción (si dormimos en el albergue tal y como esta diseñado el viaje inicialmente no es necesario ninguna de estas cosas) tendríais que traer un saco de dormir y una esterilla. El premio: un amanecer en un bosque de tejos sacado de un cuento con los picos de Europa de fondo (un árbol mágico para los celtas) y algún secreto más en un entorno completamente natural.
Es un lugar no muy cómodo para dormir pero a cambio es una experiencia muy bonita.